Leonardo tenía 3 años de haberse graduado con honores, sus profesores lo catalogaban como una eminencia, lo destacaban por sus conocimientos, pero entre sus compañeros siempre fue el explosivo Leo, apodo que se ganó por su manera de responder ante las críticas y su falta de inteligencia para manejar emociones fuertes. Cada día desde que se graduó busco la oportunidad de ejercer, universidades, colegios, empresas, incluso intento ser escritor, pero nada lo motivaba más que ser orador en talleres, por lo que se empeñó en presentar proyectos de talleres en varias organizaciones, sin embargo, el tiempo seguía corriendo y nada le había dado resultado. Al correo le llego la invitación de asistir a un Taller Literario que un excompañero iniciaría, a pesar de los prejuicios decidió ir, se convenció de que su amigo le ayudaría a encontrar un espacio para el dar sus propios talleres. Las dos primeras reuniones paso inadvertido, escuchaba con atención todos los comentarios y aguardaba...
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